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Pedro G Romero. Continuación

Esta fase, que explora, en un sentido amplio, los funcionamientos de lo flamenco en la cultura reconstruida tras las grandes guerras del siglo XX, parte de un comentario anecdótico de Federico García Lorca en torno a la “máquina de habitar” de Le Corbusier**. Evidentemente, hay cierto paternalismo, incluso cierto deje colonialista, en esta asimilación entre esa austeridad de supervivencia dada en la habitación de un pobre y el funcionalismo racionalista de una casa moderna. Pero en ese malentendido se encuentran también algunas claves para entender como, por ejemplo, Guy Debord pensaba que el comercio de los gitanos era atravesado por el capitalismo sin hacer mella en su forma-de-vida. Más resto que multitud, los flamencos, los gitanos, la jerga urbana que representan***, apenas han aspirado a emancipación o proyecto político alguno. Y sin embargo, ahí están: por un lado, inspirando muchas de las formas políticas que hoy se consideran utópicas –nomadismo, comunidad, derecho a la pereza-; por otro, aportando poiesis a las nuevos modos –ludismo, camuflaje, prácticas de resistencia-de imaginación política.

La investigación se está desarrollando en torno a tres núcleos. Primero, arquitecturas radicales, mediante la interacción de las prácticas espaciales situacionistas –urbanismo unitario, derivas, psicogeografía- con el flamenco y lo gitano a partir de los trabajos de Constant, Pinot-Gallizio, Jorn, Guy Debord o Alice Becker-Ho, entre otros. Otro foco de atención, arquitecturas sociales, pasa por el uso del hecho flamenco, gitano o de culturas marginales afines en la arquitectura asistencial durante el desarrollismo tardofranquista: núcleos habitacionales para reubicar las gitanerías o polígonos de vivienda para la emigración andaluza y meridional. Es significativo la cualidad flamenca usada por los grupos de cineastas militantes que documentaron estas actuaciones urbanísticas, desde El Gitano sin romancero, 1976, de Llorenç Soler hasta Los jóvenes del barrio, 1982, de Video Nou, pasando por La ciudad es nuestra, 1974, de Tino Calabuig, sobre las transformaciones de la periferia madrileña. Por último, arquitecturas teatrales, exploraremos el reflejo de estas transformaciones espaciales entre los propios artistas flamencos a partir del núcleo de trabajos de Teatro Estudio Lebrijano, La Cuadra de Sevilla y Mario Maya: Teatro Gitano Andaluz, un revulsivo total en la escena ibérica de los años 70 y como dan cuenta de ello las representaciones gráficas, las puestas en escena teatrales, las escenografías de tablaos y festivales, la nueva fotografía documental, las portadas de discos, la cartelería, las transformaciones en el vestuario y presentación de los artistas flamencos ante su públicos, las letras y argumentarios de cantaores, tocaores y bailaores y, en fin, las transformaciones a la hora de presentar su forma-de-vida.

El proyecto, que cuenta con el apoyo general de la Plataforma Independiente de Estudios Flamencos Modernos y Contemporáneos, se ha presentado ya, en distinto grado, en el programa público de la Bienal de Berlín, en las sesiones De corpo en lugar del CGAC de Santiago de Compostela, en el ciclo Arquitectura y lenguajes fílmicos en Cristinaenea de Donostia-San Sebastián, en el proyecto Utopian pulse en la Secession de Viena, en La Nit, El sol cuando es de noche, del Macba de Barcelona y, extensamente, en Unia arteypensamiento de Sevilla. Próximamente en la Fondation Constant de Utrecht, en la Universidad de Bellas Artes de Cuenca, en la Escuela de Bellas Artes de Burdeos, en la Kunstvereim de Stuttgart y desde unia arteypensamiento, de nuevo en Sevilla, Málaga y Granada.

Próximamente anunciaremos el programa de actividades que se desarrollará entre los días 11 y 15 de mayo y que incluye, cada tarde, sesiones de trabajo con la presentación de distintos materiales de la investigación, su discusión y debate y las comunicaciones de los distintos participantes en el taller. Cada día se programaran actividades nocturnas de carácter extraordinario que completaran las experiencias de la investigación. El viernes 15, festivo en Madrid, el taller se trasladara al Cerro de los Ángeles, en Getafe, centro geográfico de la Península Ibérica.

*Versión de la Polka de las calles, de La Gran Vía de Federico Chueca y Joaquín Valverde, con libreto de Felipe Pérez, en adaptación para Emilio Caracafé, Bobote, Tomás de Perrate, Juan José Amador y Rudolf Rostas.

Somos las calles, las plazas y callejones/ de Madrid, / que por arte de magia/ hoy nos hemos juntado aquí./¿Qué dicen que va a pasar?/¡Perturbador!/¡Fenomenal!/ que trastorno nos anuncia la Municipalidad./ Todo el mundo habla de lo mismo:/ en tertulias, en cafés, en terrazas,/ ¡pues! / cuando se juntan dos, /¡vaya! / siempre la misma conversación./Es extraño, ¡es verdad!/ Mil comentarios habrá/¡Es mentira! ¡Un infundio!/Pero la cosa circulando va/ ¡Un rumor! ¡Tiene crédito!/ ¡Vayamos a la reunión!

Pues es el caso, que según dicen, /doña Municipalidad va a dar a luz una Gran Vía, / que de fijo no ha tenido igual. / ¡Nos quedamos boquiabiertos!/¡Nos quedamos asustados!/ Un asombro general… /porque doña Municipalidad/ para tales casos /pasa de la edad. /Y a decir verdad / esa Gran Vía está demás, /porque todos aquí / tienen calles para sí, / con arreglo y razón / a su clase y condición,/ y es de suponer /que en concepto tal, / para una Gran Vía / no habrá personal.

Van a la calle de la Bola;/ embusteros a granel,/ Van a la calle del Oso:/ van los novios y los que yo me sé. / Van a la calle de Peligros:/ los que oprimen el país, / y van la calle del Sordo:/ el gobierno que no quiere oír. / Los que la tienen por el mango/ buscan la calle de la Sartén / y los que viven escamados/ buscan la calle del Pez. / A la plazuela del Progreso/ mucha gente ya se va, / y el pueblo honrado/ va a la calle de la Libertad./ En Madrid, ya se ve, / los pequeños son los más / Claro está que no sé / a esa “gran vía” quién irá. La ra la, la la , piiii, paaaa, la ra la, la, la, piiiiiiii, paaaaaae

Y si nos sublevamos, /¡en gran revolución/ calles y plazuelas/ ¡y los del callejón! ¡vaya una jarana / que se puede armar! Las de la Plaza de la Cebada/ y los del Mercado de Montenses ¡qué lechugazos van a soltar!/ ¡que de bastonazos! / ¡que emoción!/ ¡qué revolución! Tron, totron, torrotrón, torrotron ton, ton.

Porque si esa “gran vía”, /por llamarse Grande, / cuando nazca y le plazca/ nos tratar de humillar, / va a llevar un susto de seguro/ /la señá Municipalidad. Tisé, tiñá, / Timú, tiní, / ticí, tipá, / tilí, tidad.

 

** Federico García Lorca, Arquitectura del Cante Jondo, 1921-1932:

“Hace unos años, recién vuelto a Granada en vacaciones de mi universidad madrileña, paseaba con Manuel de Falla por una calle granadina donde surgen a veces esos típicos huertos orientales que van siendo únicos en el mundo. Era verano y mientras discurríamos nos limpiábamos el sudor de plata que produce la luna llena andaluza. Falla hablaba de la degeneración, del olvido y el desprestigio que estaban envolviendo nuestras viajas canciones, tachadas de tabernarias, de chulas, de ridículas por la masa de la gente, y cuando protestaba y se revolvía contra eso, de una ventana salió la canción antigua, pura, levantada con brío frente al tiempo: Flores, dejadme;/flores, dejadme;/ que aquel que tiene una pena/ no se la divierte nadie./Salí al campo a divertirme;/ dejadme, flores, dejadme. Nos asomamos a la ventana y a través de las celosías verdes vimos una habitación blanca, aséptica, sin un cuadro, como una máquina de vivir del arquitecto Corbusier, y en ellas dos hombres, uno con la guitarra y el otro con su voz. Tan limpio era el que cantaba que el hombre de la vihuela desviaba suavemente los ojos para no verlo tan desnudo. Y notábamos perfectamente que aquella guitarra no era la guitarra que viene en los estuches de pasas y tiene manchas de café con leche, sino la caja litúrgica, la guitarra que sale por las noches cuando nadie la ve y se convierte en agua de manantial. La guitarra hecha con madera griega y crines de mula africana.”

 

*** http://www.pieflamenco.com/grupos/las-lenguas-y-los-pueblos-pdf/

 

Pedro G. Romero (Aracena, 1964) opera como artista desde 1985. Actualmente trabaja en dos grandes aparatos, el Archivo F.X. y la Máquina P.H. Participa en unia arteypensamiento y en la PRPC (Plataforma de Reflexión de Políticas Culturales) en Sevilla. Es comisario/curador del proyecto Tratado de Paz para la Capital Cultural DSS2016.

Con el Archivo F.X. ha presentado, entre otras, el proyecto La Comunidad vacía. Política. para la Fundació Anton Tàpies de Barcelona y Economía Picasso/Economía para el Museo Picasso Barcelona. Últimamente ha desplegado su trabajo en La Escuela Moderna para la 31 Bienal de Sao Paulo. Ha aparecido en la Editorial Spector Books, Alemanía, la publicación Wirtschaft, Ökonomie, Komjunktur, a partir del proyecto expuesto en la Württembergischer Kunstverein de Stuttgart.

En Máquina P.H. promueve la Plataforma Independiente de Estudios Flamencos Modernos y Contemporáneos www.pieflamenco.com. Es director artístico del bailaor Israel Galván y colabora con distintos artistas, desde Rocío Márquez a Tomás de Perrate, por ejemplo. Fue curador del proyecto Ocaña. Acciones, actuaciones, activismo 1973-1983 para la Virreina de Barcelona y el Centro de Arte Montehermoso en Vitoria. La editorial mudito acaba de sacar su libro Exaltación de la visión sobre el cine de Val del Omar. Actualmente trabaja en el proyecto Máquinas de Vivir. El flamenco y la arquitectura en la ocupación y desocupación de espacios, que se ha presentado en la Bienal de Berlín, el CGAC de Santiago de Compostela, en unía arteypensamiento de Sevilla, en Cristinaenea de Donostia, en el Macba de Barcelona y en Secession de Viena.

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